martes, 28 de diciembre de 2010

el mal gusto de la memoria. . .

tengo el mal gusto de la buena memoria, de recordar cuando hay que olvidar.
muchos se protegen en el olvido, borrando los registros de los hechos que los dañaron.
el olvido como protección, si no lo veo no existe, como hacen los bebes.

pero si me olvido no aprendo, no evoluciono ni sano, porque tampoco proceso el dolor, sino que lo oculto bajo la alfombra.
si me olvido repito, me copio a mi misma, y el dolor y los abusos vuelven a suceder.

pero yo tengo el mal gusto de tener memoria, no una memoria rencorosa, sino una memoria que no quiere repetirse, que no quiere repetir sus errores eternamente, una memoria que no quiere llorar mil veces por lo mismo, con diferente nombre, con diferente lugar, el mismo dolor eterno de repetirse, copiarse a si mismo.

hoy escuche x ahi que es el dia del perdon, primero perdonarse a si mismo, para luego poder perdonar hacia afuera.

perdonar no es olvidar estupidamente, ni recordar tercamente, perdonar es aprender, procesar y evolucionar para poder ser libres.

si, libres, libres del engañoso olvido y del tramposo recuerdo.
libres de las trampas de nuestra mente, libres y sanos para no repetirse.

el primer gran paso es perdonarse por todo, por haber dejado que alguien nos dañe, perdonarnos por los errores, por creer cuando nos terminan defraudando, perdonarnos por amar de más y no cuidarnos y exponernos cuando nadie ve la entrega que una hace.

Perdonarse para ser Libres.

Perdonarse para poder Amar.