viernes, 9 de julio de 2010

¿ . . . ?

donde esta el limite, donde uno puede mostrarse sin desnudarse completamente?
es bueno, es sano exponerse desmedidamente? que se trata de evadir, de que nos escapamos?

tiene sentido las preguntas retoricas que nos dejan siempre sin respuestas completas, si es que existen las respuestas completas.
tal vez estos pensamientos son producto de una educación, de esa falsa creencia que nos han inculcado, de que la verdad es una sola, única y casi indiscutible.

y cuanto mas pasa el tiempo mas me convenzo que la verdad es la mayor mentira, que no es una sola, sino infinitas como sujetos sobre esta tierra. que el pasto es verde, que el agua moja, no se discute, pero que el amor es único, que el dolor siempre es malo, que nos tenemos que escapar de la tristeza como si fuera una enfermedad mortal, que el tiempo cura todas las heridas, que tan cierto es todo esto?

o no será que solo es cierto en una medida, que es ley para unos, y para otros no...

no creo en verdades infinitas, ni en mentiras absolutas, prefiero la sinceridad, prefiero lo más cercano a la verdad, pero que no se confunda honestidad con crueldad, ni verdad con creencias y paradigmas personales.

aconsejo el sano ejercicio de cuestionar, y sobre todo cuestionar nuestras propias creencias, leí por ahí que una creencia es algo que nos viene de afuera, y una certeza es algo que nace de nuestro interior, que la certeza es hija de la duda, y que quien duda logra tener certezas, mientras que el que cree nunca se cuestiona nada, esta cómodo con la iluminación ajena, pero nunca se ilumina.

entonces yo que tanto le huí a la duda, porque me dijeron que estaba mal... y yo que tanto dudo, me sentí feliz en mi duda, porque tal vez sea el camino para encontrar mi propia verdad...


(me inspiro en esta breve y humilde reflexión el hecho de estar leyendo El libro de la vida y de la muerto, de Osho)